Meditando un poco en estos días en que he estado lejos de mi familia, la iglesia y sobre todo de Dios que es lo principal en nueatras vidas, me he dado cuenta que nada de lo que uno haga vale la pena si Dios no está con nosotros. Podemos trabajar, ganar dinero, tener una relación estable, una familia, un hogar, tener nuevas amistades, pero nada de esto vale la pena si Dios no es el Centro de todas las cosas. Por eso hoy en medio de todo lo que estoy viviendo le pido perdón, misericordia y que me ayude a cada día de mi vida tomar las decisiones correctas, que sea Él guiando mi vida para no tener que arrepentirme más adelante.
Hoy los invito a hacer una reflexión en sus vidas.
¿Están tomando decisiones guiados por Dios o por su alma?
Dejemos que sea el Espíritu Santo quien nos guíe a toda verdad. Qué sea Él quién nos guíe más allá de lo que hemos soñado, donde podemos estar confiados porque estamos en sus manos.
Bendiciones
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